Boca se despidió de la Libertadores


Boca Juniors quedó eliminado de la Copa Libertadores en la Fase 2 tras caer 5-4 en los penales ante Alianza Lima, en una serie que finalizó 2-2 en el global. Lo que parecía una oportunidad para reafirmar su jerarquía continental se convirtió en una pesadilla para el equipo de Fernando Gago, que ahora enfrenta un año sin competencia internacional —salvo el Mundial de Clubes— y un panorama lleno de interrogantes.

El partido tuvo a Boca como protagonista desde el arranque. Con la obligación de remontar el 1-0 sufrido en Lima, los ‘xeneizes’ salieron con todo y encontraron el 1-0 a los 8 minutos gracias a un autogol de Miguel Trauco, tras un centro de Marcelo Saracchi. La hinchada estalló en aliento, pero la alegría duró poco: a los 13 minutos, Hernán Barcos empató con un cabezazo que expuso las falencias en la marca aérea. Era un aviso de lo que vendría. A pesar de dominar la posesión y generar chances, Boca no lograba imponer su autoridad ante un Alianza Lima ordenado y combativo.

El segundo tiempo pareció devolverle la esperanza al pueblo ‘xeneize’. A los 58 minutos, Kevin Zenón, una de las figuras del equipo en este 2025, puso el 2-1 tras un rebote en el área, llevando el partido a un clima de ebullición. Sin embargo, la falta de definición empezó a pesar. Edinson Cavani, el hombre llamado a ser el líder del ataque, falló una oportunidad inmejorable con el arco vacío en los minutos finales, un error que aún retumba en las tribunas y que terminó siendo decisivo. El 2-1 llevó la serie a los penales, y allí, la fragilidad mental de Boca quedó al descubierto.

En la tanda, Marcos Rojo, Cavani, Williams Alarcón y Milton Giménez cumplieron, pero el remate final de Alan Velasco, flojo y predecible, fue detenido por Guillermo Viscarra, el héroe aliancista. El silencio en La Bombonera fue ensordecedor. Los hinchas, que habían llenado el estadio con la ilusión de ver a su equipo avanzar, se retiraron con una mezcla de bronca y resignación. Alianza Lima celebraba en el césped, mientras Boca veía esfumarse otra chance de pelear por la tan ansiada séptima Libertadores.

La eliminación tiene un impacto profundo en el club. Deportivo y anímicamente, es un mazazo para un equipo que había arrancado el año con expectativas altas tras un 2024 irregular. La salida temprana de la Copa Libertadores significa que, salvo el Mundial de Clubes en junio, Boca no tendrá competencia internacional hasta 2026, algo impensado para una institución acostumbrada a pelear en los primeros planos. Para Fernando Gago, el entrenador, la presión se multiplica: su proyecto, basado en un juego ofensivo y dinámico, queda bajo escrutinio tras no poder superar a un rival que, aunque valiente, milita en una liga menos competitiva como la peruana.

En lo institucional, el golpe también resuena. Juan Román Riquelme, como presidente y líder del Consejo de Fútbol, había apostado fuerte por este plantel, con nombres de peso como Cavani, Rojo y Luis Advíncula más los refuerzos que llegaron en este mercado de pases. La derrota ante Alianza Lima no solo expuso falencias en el campo —falta de contundencia, desatenciones defensivas y poca claridad en momentos clave—, sino que reavivó las críticas de una parte de la hinchada que cuestiona la gestión. El mercado de pases, la renovación de contratos y la planificación para el resto del año ahora estarán marcadas por esta frustración.

Alianza Lima festeja su hazaña y avanza a la Fase 3, donde enfrentará a Deportes Iquique. Boca, en cambio, mira hacia adentro. La Libertadores, esa obsesión que late en cada rincón de La Bombonera, deberá esperar. Por ahora, el ‘xeneize’ se lame las heridas y busca respuestas en un 2025 que, de repente, se tiñó de incertidumbre.




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