Enfermera de un sanatorio céntrico denunció a reconocido médico por encerrarla y abusarla

 Según la presentación, el galeno cerró la puerta de la oficina, se bajó el pantalón y sujetó su miembro. También, llevó su mano izquierda hacia los pechos de la mujer.


Una enfermera de un sanatorio céntrico de la capital santiagueña denunció que un conocido médico la encerró en una sala, se bajó el pantalón, le mostró su miembro viril erecto y que llevó una de sus manos por dentro del ambo y le apretó fuertemente los senos.

La enfermera, de 37 años, hizo la presentación ante las autoridades de la Seccional Primera. Y hoy la trabajadora de la salud se trasladará a la Fiscalía y hará lo propio ante la doctora Cecilia Larred, quien está a cargo de su incipiente causa.

Pese al hermetismo en torno a la denuncia, trascendió que el presunto ataque sexual fue perpetrado el miércoles, a las 19, mientras era incesante el desfile de pacientes, familiares, enfermeros, médicos y policías.

De acuerdo con la denuncia, por acoso y abuso sexual, la empleada permanecía en la OFI de Enfermería de Guardia. De repente, habría ingresado el galeno. Con la enfermera de espaldas y escribiendo, él habría trabado la puerta con el pasador, al parecer para quedar a solas y mantener lejos a las miradas curiosas.

El abuso

Con palabras irreproducibles habría incitado a la mujer, mientras se tocaba sus genitales y bailaba con movimientos pélvicos. Según la denuncia, fue entonces que se bajó el pantalón y le mostró su miembro viril.

Urgente, la enfermera se puso frente al médico y le reprochó su actitud y por qué cerró la puerta. Amagó intentar abrirla para retirarse y el sujeto quedó a sus espaldas.

Sin ruborizarse, el profesional fue por más. Insistente, habría llevado su mano izquierda por debajo del ambo de la mujer y frotó con fuerza sus pechos.

"Grito si no me deja salir", habría amenazado la mujer ya aterrada. Para entonces, la cordura habría retornado al médico, quien la dejó salir.

Nerviosismo y shoqueada

Siempre sobre la base de la denuncia y testigos externos, la enfermera fue directo a sus superiores y anunció que iba a retirarse en ese mismo momento. Una corriente sostiene que confió lo sucedido a una colega.

Mientras, el galeno abrió la puerta, se retiró y continuó su tarea en absoluta normalidad, inalterable, como si no hubiera sucedido absolutamente nada, según dijo la víctima.

Alertada y con la misma inmediatez, la fiscal habría dispuesto en la víspera que la denunciante se traslade hoy al edificio de calle Hipólito Yrigoyen y Chaco. Los voceros deslizaron que será asistida (a media mañana) por un equipo de psicólogos, en Contención, y después la escuchará la propia funcionaria, Cecilia Larred.

Abusos psicológicos, físicos y sexuales, afirmó la empleada

"Vengo siendo víctima de constates abusos psicológicos, físicos y sexuales por parte del mismo médico", habría ahondado la enfermera, dejando en claro que el del miércoles pasado no se trató de un hecho aislado.

El entorno de la mujer adelantó que tendría testigos y fechas, horarios y acosos concretos por parte del acusado. Los funcionarios policiales manifestaron al cierre que la fiscal citará a los compañeros de trabajo de áreas contiguas, inclusive al personal que realiza la limpieza y a quienes están contratados para servir la comida, tanto a pacientes, como al personal en el centro privado de salud.

Todos deberán declarar en los días venideros ante Larred, deslizó anoche un funcionario en la investigación con final abierto.

Circuito interno de seguridad, vital para la fiscal Larred

La Fiscalía también pediría hoy el secuestro de todas las cámaras de seguridad, en el interior del centro privado de salud. Obviamente, correspondiente al miércoles entre las 18.55 y 19.15.

Larred busca certezas antes de tomar medida alguna, se supo anoche. Lo crucial, establecer si víctima y victimario compartieron un mismo espacio, es decir en el área de Enfermería.

Después, entonces sí, vendrá una batería de medidas: testimoniales de muchos trabajadores, un informe interno del sanatorio, pericias psicológicas y psiquiátricas, de uno y otro. Todo es delicado y gravísimo, por los roles individuales, pero hay una denuncia y la maquinaria judicial ya fue puesta en marcha en la víspera por la supuesta damnificada.

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